YA NO VES

Es la historia

Del ayer

De hoy

De mañana.

Fue ayer

Mejor que hoy

Peor que mañana.

Atreverse

A sentir

La vida pasar

Mientras

Los recuerdos

Te incitan

A volar

En penumbras

Sin espacios

Abiertos

Sin sueños

Resueltos.

La fisura

Te deja poblar

De obstáculos

Tu sentir

Y no ves

Que ya no ves.

Se fundió

Tu mañana

Tú y la oscuridad

Bajo la inercia

Decantaron.

Su ansiedad.

SEGUIR VIVIENDO

En mi delirio

te veo

te escucho

te deseo.

Sé que no estas

en mi almohada,

ni es tu perfume

el que huelo,

ni tu corbata

la que miro

ni tus ojos

lo que me miran.

En mi delirio

te siento,

en mi cama

en mi cuerpo

en mi alma.

Sé que no eres tú

sé que no vendrás

pero espero,

y tu reflejo arde

en mi piel

en mi alma.

Sé que no vendrás

pero espero,

el roce de tus labios

de tus manos

de tu alma

para seguir

viviendo.

Primavera y amor

Fluye sin descanso

El amor de primavera

Ella espera

El solo la mira

Como comenzó a gatear

Por las perlas

Verdes de las ramas

El sol aguarda

Que ambos se encuentren

Entre los pétalos

Junto al camino

Donde florecerán

Enamorados pimpollos

Y unidos se verán

Destellando placidez

En los jardines

Del alma humana

María del Rosario Alessandrini.

     medianoche

HOY

Va desmenuzando su pasado despojado de temores, ocioso como un galgo. Lesionado entre sus penas va como un soldado descuidado, frágil encono de su suerte, papel que el viento distrae en su lamento. Va portando su arma, disociado de aquellas marionetas legendarias, es un bosquejo del tiempo, de su ayer. Un cuadro descolorido, reducido… Pero no sabe bien como navegar en estas aguas oscilantes. Hoy sus verdades desconciertan, son ambigüedades sin respuestas, impulso de su interior mohoso de quien nadie desea conocer artimañas utilizadas en su mejor esplendor hoy, groseramente todo termino.

LEYENDA DE DOS

Alejaste la sombra que te sigue en la mansa tarde de abril, nada parecía superar tu intolerancia, solo en tu senda sin más luz que esos ojos metalizados que atropellan sin piedad.
El día fue celestial, todo era perfecto. En tu solapa brillaba una rosa de cristal como un corazón, como un juego de naipes sin jugador. El trébol que encontré mientras caminaba me lo quedé para que acompañara mi mala senda. Te perseguí sin descanso como un ave rapiña, y sobre tu cuerpo revoloteé, no podías verme solo en tu soledad, solo tú, y la lejana leyenda de la eternidad.
Un camino equivocado, un rumbo distinto marcaste cuando el tiro de la pistola resonó en tu tímpano destruyendo tus oídos.
No fue mi culpa, ni la tuya, quizás esa arma fue cargada por algún mal nacido, quizás buscabas un recodo para descansar y ese disparo ocasional fue tu excusa, no lo sé, pero el viento temeroso se oculta de esos ojos, la lluvia al caer fuera de tu cuerpo me da escalofríos. Las estrellas no te guían- ni el sol- ni la luna te acompaña.
Y sigues marchando, el ritmo me exige más, y ya no puedo hacerte ver que ese juguete estaba montado con su jinete. Sólo a ti te buscan, sólo a ti que mataste mi corazón, y ahora buscas la muerte del tuyo.
No podre remediarlo todo se oculta, y la verdad también. El tiempo avanza lentamente ahora, tan lento que si quiero, puedo estar cuando apagues el circuito de tu vida amorosa.

UNA COPA MÁS

Una copa de más
es un vuelto
una expresión de amor
es un recuerdo,
quizás la copa
Y el amor
son dos en uno
que se laceran
se estimulan
se omiten
y se buscan
entre las volutas
del humo
transparente,
quizás ni eso sea
quizás es un reflejo
de un cuerpo
que espera,
de un corazón sin latidos
o al revés…
sus latidos dicen
y replican
y se mezclan con la verdad
de la copa y el amor.

Alesssandrini Maria del Rosario

ESCAPE

Escape

Beberé tu cuerpo

en mis noches de soledad,

tenderé una soga

donde colgaré la vida.

Buscare mejorar esa existencia

detrás de cada hoja

cambiaré mi ropa,

mudaré mi sombra

hasta fundirme en ti.

Besare tu boca sedienta

y ahí, sobre los margaritas

que florecen al amanecer

dejare mi canción, de sueños

mis días y mis noches.

Cuando escape al vacío

total de mí vivir, me refugiare

entre las ondas del desierto

aunque me laceren los vientos.

Arrodillada sobre la arena

donde mi siembra seca

se deshaga en el tiempo.