DE REGRESO

Cada día

cada noche

se platina

el silencio.

Sube y baja

fluye y parte

es allí la verdad.

Es la ida

es la vuelta

todo empieza

todo va.

Y al final

es la risa

quien 

convive

con la piel

con el alma.

Y susurros

que te dejan

los sentidos.

Al final

es la lluvia

es el viento

es la tierra

quien me asiste.

En mi Dios

que es el tuyo

quien nos

da felicidad.

Si sabemos

retenerlo

en la vida

siempre más.

El regreso

la partida

todo queda

ya atrás.

MATICES DEL ALMA

Un barco, un soplo descarrila el silencio posándose en la mirada solemne del tiempo. Lejos se ve un reflejo que traspasa con su miseria con su pobreza las caricias a la tierra. Invitados, dos soles se inclinan besando el ángel dormido en su misterio, donde yacen sus alas diamantinas. Sube la marea bajan las sombras ocultas, se descuelgan las luciérnagas, y su ejército trasnochado aguarda juntar las sílabas.

ADIÓS

Epopeyas íntimas

rozan mis deseos,

hay una sinfonía

escribiendo en mis ríos.

Fragmentos e ilusiones

alimentando utopías,

en aguas turbulentas

sobre el piélago azul.

Descalza, vago confundida,

regresando a la cuna

creyéndome salvada,

entre los sueños grises

reconozco tu adiós.

FLUIR SIN FIN

Forjando en tu corazón mi corazón que emana amor, sé que me tomaras como yo pretendo. Haciendo de mi tu romántica esperanza, si no es así no importa ya, porque e visto tu alma en mis sueños y creo en el futuro de mi alma. Tú sellaras mis labios con tus besos de romeo y cuidaras mi cuerpo con el tuyo.

Me amaras sin tiempo, sin olvido, seremos aún más grandes que Romeo y Julieta. Arderemos en mil colores como la primavera y  fluiremos al amanecer. Por las noches seremos roció brillante fundidos en un abrazo de  sueños compartidos. Volaremos como las aves por el mundo todo, veremos el principio y el fin, ya que seremos eternos como el universo.

DESCONOCIDO

Mientras viajaba en el taxi mi mente viajaba en esos versos que desafiaron mi poder de concentración.

Ella no volvería por un tiempo, o quizás nunca más. Baje apresurado como si la vida se me escapara, en esos momentos, quería llegar a la casa de mi suegra para matar o morir. No comprendía bien porque, yo siempre fui un gran tipo, pero la zorra quería más de todo.

Solo una vez me relacione con una mujerzuela del lugar pero nunca fue nada serio, ahora me sentía cansado pero lleno de energía mental, tenia que hacerla regresar, aunque me costara la vida.

Ya en vuelo me sentía mas aliviado, la azafata me cayo muy bien, además podía apreciar sus largas piernas morenas de ese modo me tranquilizaba- porque no pensaba en aquella rabia, que me desbordaba.

Llegamos al aeropuerto muy temprano, baje del avión mas descansado y presto a la lucha, sabia que seria todo mas difícil.

Llame un  taxi, alejándome de aeropuerto tendría unos cuarentaicinco minutos para llegar, el trafico estaba complicado, podía ser unos minutos mas- pero no dejaba de pensar como seria mi llegada, y como enfrentaría no solo a mi mujer, si no, toda la parentela que de seguro estaban esperándome.

De pronto un ruido infernal se coló en mi sien aturdiéndome, sentí un golpe brutal. El taxi rodo por el asfalto chocando brutamente con algo más grande.

Luego perdí  el conocimiento. Ambulancias rasgaron el silencio de la mañana llevando en su interior a un desconocido que encontraron en el pavimento.

LOS MEJORES DÍAS

Ella estaba esperando una nueva vida,  su destino parecía abrirse como un abanico de múltiples retoños. La vida correría con ella, jugaría, soñaría, irían juntas para disfrutarla. Ella hacía muchos años que meditaba con tener esa porción de alegría, siempre pensó ser recompensada por los días del ayer de muchos sinsabores. Hoy, quizás podía tomar un sorbo de ese vino dulce.

Días y días junto a sus noches de espantos, se repetía que así no  debería ser, no lo merecía, pero últimamente no podía explicar ese sentir destructivo que se acrecentaba en su interior, dormía mal, vivía desordenadamente, no podía conciliar el sueño con facilidad, cometía muchísimos errores sumida en la desesperación del fin.

Ella temía lo peor, sentía que debía cambiar eso en su interior, buscarse en medio de esa maraña de desencuentros y sollozos.

Las cosas se presentaban como para seguir soñando en un mundo indiferente, donde estaba sola con sus pensamientos,  donde quizás podía hacer, y deshacer emociones, forjar aquello que siempre se le negó, pero aún no estaba segura de que saliera tal cual ella lo deseaba.

Su mundo no se extendía como su sueño, su mundo hostil no cedía a sus ruegos, los días seguían fiel a su andar de almanaque, faltaba poco,  quizás menos de lo que ella pensaba para saber de qué lado estaba echada su suerte.

Hacía mucho esfuerzo para no influir en sus pensamientos. Solo dejar que Dios determine si podía gozar de ese pequeño bienestar espiritual por un tiempo más. Deshaciendo ilusiones sigue a la  espera de la realidad.

Que lentamente va cubriendo de historia su camino, sabe que ese día esperado esta cerca, tan cerca que puede palparlo. Los sueños que se viven en la soledad de la noche siempre traen aparejado deseos y frustraciones.

Pero este se veía tan real que nada podría suceder, ese día estaba a la puerta de un gran momento que sellaría para siempre una historia aún no realizada pero bien ubicada en la realidad que esperaba.

CAPULLOS EN EL AIRE

El sueño del camino enfrenta su destino los manzanos rojos, las gotas de colores se desprende su aroma de jardín. Primavera dibuja flores efímeras, paisajes de cristal detrás de la luna en su verde jardín descansa majestad. Un duende milagroso con olor a misterio tornasolado viento trae en sus alas lluvias de estrellas perdidas en la noche. Embriagadas aves luchan en un vuelo silencias sus plumajes arriadas en el aire la noche cae, acaricia el silencio del sol eterno. Miradas de capullos que atrevidos despiertan, al alba un murmullo de tiernas flores desnudas las copas florecidas melodiosas perfuman, el valle que despierta de su triste nostalgia ha regresado la vida cargada de pimpollos, y espigas.