DOLOR DE CABEZA

 



Suena el teléfono, en algún lugar de la casa hay una  habitación que se encuentra cerrada, como todas las demás; en el interior de ésta, sólo hay una mesa de luz y un teléfono que hace años no funciona.

Creo ver mientras escucho, una figura esbelta y misteriosa, que toma el teléfono para responder, ahí en ese mismo momento deja de sonar y desaparece la figura.

Es una premonición, la verdad no lo sé. La casa está en venta, sus puertas y ventanas lucen cerradas no hay nadie más que yo, y una señora que quiere visitarla para su compra,  hace un par de días que le prometí traerla, como a muchas tantas personas, pero ésta es la primera vez que pasa, ella no se enteró de nada, camina por los pasillos, mirando los cuadros que aún están allí, sobre la pared blanca reluciendo sus pinturas, sé que no valen nada,  pero tienen cierto atractivo.

Luego del paseo por su interior sin que ocurra nada más, la señora sale comentando lo que le gustó y lo que no, está alegre y le gustaría saber el precio total para hablar con su esposo.

La dejo en su casa, y regreso a la casa a ver que pasó, que es lo que sentí y creí ver. Casi es de noche pero las luces de la casa todas funcionan muy bien, entro desconfiada pero sin miedo.

Voy lentamente anunciándome con ruidos de puertas, pero nada ocurre, silencio molesto es todo lo que siento, cierro la entrada principal,  al bajar las escaleras una sombra dantesca se insinúa, danza cerca, me mira sin ojos, sin rostro, sólo es una mancha negra que se delata.

Aún el miedo no corrió por mi sangre, sólo es curiosidad. La entidad sube y baja las escaleras sin dejar de danzar, de pronto una mueca se dibuja en su cara, una boca sonríe, unos labios hablan, los ojos, dos huecos oscuros encienden las pupilas rojas, sus morisquetas sólo me molestan, se da cuenta de mi estado y desea asustarme, al no conseguir lo que ansía, me toca… siento como un filo de acero frío y oliente, ahí... ya me siento diferente, y comienzo a correr desesperada, la figura me persigue. Un viento gélido me arrastra, me eleva, me sacude, se mofa de mí, soy un títere en sus manos frías y oscuras, sin vida.

Al despertar veo a mi marido afiebrado buscando un calmante para su dolor de cabeza, lo miro y no entiendo nada, ni él sabe, pregunto dónde estaba él, o yo, me mira contestándome, sí también me duele a mí la cabeza,  se recuesta esperando calme su dolor, lo veo de frente y en su cara solo  lucen huecos, de dos ojos, boca y nariz.  La sombra que lo contiene se dibuja, su voz se pierde en el interior de su figura que desaparece dejándome allí, sola, y desencantada al no poder terminar de contarle mi sueño…


A-M-R

Comentarios

  1. Cuánto ha tardado la protagonista en asustarse , yo ya estaba agarrada a la silla, luego veo que tambien se asusta, me siento menos boba. Es, era un sueño que alivio... No, no era, no es un sueño, al final si tengo miedo, o no es miedo pero tengo algo que me intranquiliza.
    Felicidades por tu creatividad y un abrazo

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  2. Entretenido relato, felicidades.
    Un abrazo.

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  3. Buen relato para un gótico tan suyo que revela una ausencia que aún no se distancia, porque la mujer la evoca y se hace fantasma. Difícil deshacerse de ella, después de tanto vivido. Un abrazo. Carlos

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  4. Excelente relato. Tens muita criatividade e talento.

    Um abraço!

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  5. Curioso relato, amiga. Y solo me pregunto si eso que relatas es, realmente, una vía de comunicaicón co aquello que es sin que sepamos que es.

    Un enorme abrazo, querida amiga!!!

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