Abrir el alma e
impulsar la vida
Amparando la luz
Que desprende inocente,
Confinar el mal
recuerdo
Remover el
silencio
Actualizar la alegría
Bajo un cielo que
no detecta
Desesperanzados
LA NOCHE CUBRE CON SU MANTO EL MUNDO DE COLORES PARA VESTIR DESPUÉS DE AZUL CADA AMANECER QUE FLORECE LLENÁNDONOS DE VIDA.
Los juegos amorosos surcan un corazón que oculta su soledad, la luz de la vida le llega con fuerza y su alma se transforma florecida, vibra...
"Actualizar la alegría", siempre hay un motivo para ello, Gracias por la belleza de tus palabras. Un abrazuco
ResponderEliminarUn poema de aliento y alimento para esa luz que a veces, parece querer apagarse. Precioso.
ResponderEliminarMil besitos y feliz finde ♥
Que no falte nunca la sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo.
lo he intentado y me he dicho, actualización no disponible en su zona horaria... probaré mañana ;)
ResponderEliminarBem precisamos de recuperar a alegria que perdemos neste tempo de tragédia... Gostei do poema.
ResponderEliminarUma boa semana com muita saúde.
Um beijo.
Hola, buenas tardes. ¿Todo bien? Soy brasileña, de Río de Janeiro y quiero presentar mi Blogger. Los nuevos amigos son bienvenidos, sin importar la distancia. Me gustaría invitarte a seguir mi Blogger.
ResponderEliminarhttps://viagenspelobrasilerio.blogspot.com/?m=1
La alegría tiene tantos enemigos, en ocasiones se vuelve invisible porque el enemigo acecha silencioso en nosotros mismos. Pero sería muy apropiado que todos la actualizáramos en vez en cuando. Este es un poema motivante para seguir cuidando que no muera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Rosario, que gusto volver a visitarte y encontrar este bello mensaje que nos regalas. Creo que siempre y a pesar de todo hay un motivo para alegrarse. ¡Y por el sólo hecho de estar vivos! Que te semana sea bonita y bendecida, un abrazo grande.
ResponderEliminarActualizar la alegría, en eso estoy, a veces me cuesta...
ResponderEliminarUn abrazo.
Actualizar la alegría. Espera que me reinicio. 😊
ResponderEliminarLindo.
Besos.
Alimentar la alegría. No hay que dejarse coger por la desesperanza. Un abrazo. carlos
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