REFLEJOS
Los días pasan y se retraen en su nostalgia oculta, ahondan
su dolor, sacan a relucir su agonía que al pasar de la noche al día no son
diferentes. Autenticidad hay en sus pensamientos, sus almas atormentadas luchan
por subsistir, y recrean la felicidad, mas es tortura. Es un despliegue de
recuerdos, un estar de situaciones que van comiéndoles lentamente sus destinos.
Es el silencio que ronda cada segundo que los ahoga.
Si pudieran salir, si una puerta se abriera en las
tinieblas, si la sirena de aquel mar los socorriera, verían quizás un azul
nuevo y perpetuo.
Nada dura, nada queda, todo se pierde en la llanura del
incontenible sudor del ser que sufre. Pero más allá del cuerpo mortal existe el
ángel, que apasionado se muestra entre las nubes su destello, para así calmar
las inclemencias y las dudas.
Y es sacudido su
precipicio. Es tan grande el infinito cielo que se mece en pensamientos puros,
unidos a la penas. Quizás nadie sepa ni comprenda, ni pueda interpretar tanta
desdicha. Si un loco se tira al desconsuelo solo dirán que su locura es seria.
Pero siempre entra en el espíritu aquel fantasma enjaulado, que en el cuerpo al
ser despedido encuentra la necesaria voluntad destructiva sin esperanzas.
Buscan y nada encuentran solo la tortura está presente,
saben que el mortal es efímero, que ha vivido sin pensar ni sentir que su alma
vuela, solo viven de la materia, solo escarban su contenido y encuentran
siempre la miseria, que todo lo arrolla, todo lo consume. Saciar sus deseos
incontenibles, buscar cuerpos que los arrullen, los gusanos de la soledad están
de fiesta extirpando sus locuras. Sin ver el recorrido de sus espíritus se
pierden en el torrente de la vida más miserable y destructiva que abunda en el
mundo de los vivos.
Comentarios
Publicar un comentario