La noche mas larga de medianoche

  Puedo contar lo bello de la vida recorrer caminos abrazar el tiempo vivido. Comprender que los sueños son míos hacer de ellos mi almohada mi castillo, con la historia viva. Comprender mirando las estrellas lo inimaginable que me espera las aventuras más inquietantes. Mientras los tiempos se encuentran en un solo momento. Mientras tanto sigo mi huella que está plena de recuerdos inundada de música, de colores en este planeta donde existo y me divierto. Aquí mismo cerca de la ternura, la belleza. Solo espero ser honesta y humana Mientras vivo en los ojos de Dios. A-M-R

  Un recuerdo añorado Siempre está en mi alma Prendido del aroma De las noches de luna. Susurrando nostalgias Me camina en la mañana Y su suave perfume Me despierta liberada. Es un sueño eterno Despertando palabras Esos versos de antaño Viven siempre en el aire. Se ciñen con el viento Se trasnochan rosales Esperan madrugadas Vestidos de metáforas. A-M-R

 Porque me pierdo en tu mirada gris, en esos ojos centelleantes, porque permito que tu voz me abracé, me até, sobre tu caracol. Soy luciérnaga de luz constante, brillo para alumbrar el camino, luzco con aspecto vibrante, siempre estoy errante en mí tornasolado vuelo, acaricio la fresca mañana, fría, arde en mí el fuego de las noches de hogueras, somos muchas, somos tantas mariposas soñadoras, ágiles sirenas del viento. El silbido del eco me acompaña y me cuenta de tu agua dulce y salada de tu color esmeralda. Ay, mar, sueño en un largo viaje, solo para ser luz, cristal, al son del viento sobre tu cuna de agua. A-M-R

  Por las noches silban las palabras se detienen en los aires acabados, solo el tiempo suspira encanecido De este momento discreto y consentido. Hay momentos que lucen desteñidos como un viento que pasa y es olvido, las estrellas sonríen enternecidas Contemplando esos rostros envejecidos. Solo canta la cigarra este silencio ella sabe que es tiempo de cantarles ya que solo las noches que se apagan, tienen ese estilo tan brillante, oscurecido. Floreciendo la luna más antigua Que ilumina como su luz tan repentina. Ahora sabemos con certeza que se transforma la noche, con su manto de estrellas palpitantes. Mientras la diosa luna ¡ Ilumina nuestra tierra! Los que cantan en la noche, !, son los amigos de ella!... A-M-R

  ¡Otoño en un instante borraste mi reflejo, y el viento revestido de lágrimas danza con tus hojas doradas!. ¡Otoño sin poder regresar voy vagabunda mecida por tu lluvia de hojas amarillas, quebradas y frías!. ¡Otoño triste y bello, penurias de tu hacer húmedas horas, la tierra fresca recibe tus vestidos flotantes de amarillentos sepias!. ¡Otoño de hojas ardientes en los caminos, despojando tus ropas al sol con su brisa otoñal!. ¡Otoño camino entre las flores, que secan van dejando su corazón a esta estación febril en libertad!. A-M-R

  Me reflejo en el mirlo en la miel de sus ojos, un ruiseñor airoso me repite su canto y voy entre ese coro de ojos y destellos, de sueños y miradas de lunas armoniosas, que ilumina la noche Con gotas de rocío. Sublime y celestial cuajadas nubes asoman la lluvia se aproxima con locas esperanzas Entre la brisa estéril. Mientras el limbo espera las rosas nacaradas un sueño se hace eco La verdad no lástima . Y así el cielo se puebla de tantas amapolas colores de ensueños Palpitan en la luna. Que redonda se asoma con sus ojos de nácar a iluminar senderos Mientras besa su mar. A-M-R

  En la búsqueda insaciable se abre una flor que rozando el silencio deja caer sus pétalos envueltos de esperanzas. Mientras su centro decapitado medita y musita lenta una canción adolescente. Como la respiración de una sirena en sueños cuando apaga su melodía las estrellas desvanecen. Al salir la luna en su ronda, majestuosa como la aurora tímida y sutil en su búsqueda, destrona todas la ilusiones. Solo el cielo bordado de colores aspira el perfume de las flores, y el poeta se enamora de la sutil belleza que inspira sus letras. A-M-R