La noche mas larga de medianoche

Efímeros sueños noctámbulos Que transitan mis arterias latentes Despertar quiero un día en la playa De tu sonrosada luna que te vela. Estrella de capullos suaves de plata De cristal, tu espacio recorres sin soñar Es tu camino ruedas sin descanso En mi camino te tengo delante y audaz. Los soles círculos candentes circundan Rodando mi frente, mi piel y mi mente Mi sangre que ardiente espera impaciente A la luna fémina señora y amiga desnuda. Son los ríos que espera la tierra sedienta Son las horas que espera la aurora de un día Que tarda más día que llegue mi mar Mi cielo poblado de luces y mi fértil eco.

Él rompió su corazón de madrugada. Dislocó su arteria; disolvió su esencia. Ella malgastó su piel de madrugada. Dejó estéril su alma; olvidó su paz. Ahora ambos avanzan, en total oscuridad, buscándose en otras almas; deseándose en otros cuerpos. ©medianoche

Soy madera que el viento seco un triunfador estafado por amor con mi violín buscando el sonido vamos sentados sobre una irrealidad. No hay ojos que vean, ni oídos que escuchen solo el silencio sabe sentir lo que esta vedado para la indiferencia del mundo sordo. Hoy te recuerdo mirando un cielo que imagino, te recuerdo tensa como ese violín sin vos, y estoy muy cerca de tu sombra abandonada quiero traerte a la realidad de tu arte, y no te alcanzo. Ni un soplo sale de mis raídos maderos, soy de palo pero fui hombre y el recuerdo esta guardado en tu alma, mi sangre esta corriendo por las praderas de tu monte, a pesar de mi aspecto, estoy vivo, solo espero una orden para armar mi cuerpo y socorrer mi alma del olvido. ©medianoche

El grito nace del rincón más callado desde allí se siente silenciado y fuerte casi en la misma orilla del amor pausado quedo de rodillas el grito anhelado. Surgió de la nada un extraño acuerdo entre la fragancia del cigarro amargo y los versos grises que afloran recelos borrascas que cubren de arena el cielo. En las sombras quedo suspendido el viento del norte que respira bruma que trepa distante al vaivén, su hechizo que enciende el impulso de frágiles dudas. Se agitan las aguas, se tornan borrosas hay un nuevo grito profundo, estéril infinito y frágil en la nueva aurora, por esos los besos nos llegan distantes.

En la senda primitiva se funde el alma escribiendo los sueños y añoranzas recorriendo con tinta cada esperanza cada surco febril que se fue andando. Es la espera que surca lo desconocido el temor del olvido, el dolor de no ser. La noche que se funde con el mañana el tiempo que se hace canción y risa quizás un día cuando despierte el sol y dormida la luna, la noche calma dirá. Que no todo es inquietud en la espera que es parte de aquel camino fraguado por el dominio azul de éste planeta amado. Medianoche.

Quien dice de alegrías Remanso de placeres Descanso de dolores Sonrisa entre la nieve. Quien dice de alegrías Al callar los silencios Poblada de encuentros La sonrisa se agranda. Quien dice de alegrías Ya quiero yo cantando Ser trigo entre los fardos Ser luz entre la niebla. Quien dice de alegrías Eternamente nuestra A lo largo del tiempo Sembrando, con la tinta vida. La bella primavera, cálida la penumbra pura y absoluta el amor que comienza repetidamente el sol brillante, el viento fresco nuestra naturaleza que refleja la tierra quien dice de alegría, dice ésta en la vida. ©medianoche

La magia está presente aferrada al futuro, a los sueños en creer, en sentir, en vivir transitando el surco, la siembra y la cosecha serán parejas. Iluminando este llano serpenteante encontrando la ecuación pertinente. Hoy la claridad lleno el recinto del alma acomodo su estela brillante de diamante. Mañana será también una estrella radiante un cielo azul, un mar sereno y esponjoso. El infinito se poblara de sonidos y voces de aliento, de un vivas, de sol y agua fresca. Medianoche.

Es tu sueño sereno no despiertes sin soles intenta que tus ojos en el silencio pinten, todas tus esperanzas tus deseos profundos enredada en la brisa donde duerme tu alma. Observo tu inocencia dormir sobre tus manos entre sedas livianas de púrpura y nieve. mujer que asomas a la vida en tu cálida espera noctámbula, mientras tus ojos vagan contemplando diademas cristalinas, de lágrimas azules. Medianoche.