Voy entrando al bosque de mis sueños siento el aliento de su plenitud, mientras lo penetro me mareo en su profundidad. No sé aun, cual es la diferencia en mi cuerpo, a mi corazón lo siento latir apresurado. La emoción me transporta al recuerdo, de niña solía recorrer un bosque fértil al pie de la montaña más ondulante que pude ver. En mi piel las sombras se adormecen el viento perfuma mis momentos de paz, puedo distinguir la flora, y la fauna más bella. Mi sueño da formar en parte de ese momento, es inigualable, me sentí reconocida por las hojas, cuando un ciervo dorado me miraba sin hablar. Muchas hormigas hambrientas subían por mi remera, para poder saborear la miel, que se quedó prendida mientras trataba de sortear obstáculos al andar, ojos miraban, ojeaban, me sentía vigilada. Al llegar al corazón del bosque el silencio se movía, trepaba a mi mente, habría mis ojos atiborrados de sorpresas. Me parecía flotar en una nube mientras cabalgaba como esca...