su lamento
se escucha latente,
hace aureolas
descamando árboles,
azota sin piedad
estos montes
de caldén y algarrobos,
la tramontana danza
con las flechillas blancas y negras,
es un cuadro salvaje
de arena soleada.
Se pasea por la ciudad
sin mitigar su canto
prolongado y triste.
La lluvia se aleja apacible
luego de una breve
manifestación natural
impetuosa y repentina.
Ahora solo el viento aulla
frecuente mente,
dilatando los sentidos,y
el corazón, con su vigor
arrollador y apasionado.
Hola a todos, les dejos el canto pampeano por unos cuantos días, entraré muy poco, ya estoy de vacaciones y el tiempo se hace corto pero hermoso… como pueda, los leeré a todos
Gracias amigos






