La noche mas larga de medianoche

Arrásame el corazón de sueños amor que estas en mí tómame con pasión y amor cada momento que mi risa te mira cada instante que tu risa me inspira. Sobre mi cabellera que cae bellamente pasión de mis pasiones, sos escríbeme tu seña encadéname a tus poemas enlázame a tu costado, adán de mis tormentos abrázame como siempre. Y en la noche cadenciosa ámame amor de mi vida mátame con tus besos de seda cada instaste de tus labios bellos cada parpadear de tus ojos, ámame. En el momento más apasionado desata la furia del mar la calma del cielo en primavera el color de la luna al despertar y el fuego que el sol nos da ámame por una eternidad.

Caminando bajo un cielo de estrellas alucino verte Es tu sombra perenne que se arrima a mi soledad Ni comprendes lo grato que el silencio ahoga en esta noche Es que no hay cielo desnudo para mostrarte aún vivo. Vivo, de serenatas, de canciones que vibran en la oscuridad De sencillos versos que aún persiguen mis silencio, mis ruidos Nace desde el horizonte blandiendo una luz que acuna mis versos Que son un regalo de mis noches alejadas de tu boca, de tu piel. Yo quisiera que me cuentes si escuchas las voces de la noche Ellas te hablan de mi búsqueda permanente, de día o de noche En la quieta sencillez de mi atardecer, en el vasto campo de mi mente En la soledad de mi alma que vaga sin rumbo descuidada sin ti. Hoy te escribo esta carta de luna ataviada entre rondas oscuras Deletreo tu nombre a sorbos con besos de estrellas y soles ardientes Te veo surgir talentoso, tu pluma me señala me dicta, me habla Es así como sueño que este amor nunca se fue, esta intacto y pleno.

Descalzo, con el paso cansado desnudo, con el cuerpo hecho un nudo. Por el desierto va, desandando nostalgias desalentándose, en la nube seca del momento aquel, desoyendo su propio sentimiento, oscuro, alejándose de la realidad como si solo pudiera ser más, que angosta posibilidad, no encontrara nada más que cansancio. desprecio por las almas que quieren paz, alejado de su platónico sentir quiere ser, hombre con sentido y realidad Avanza, ya nada importa si total después, será igual, ella , él, nada más.

Siento vislumbrar En la penumbra tú figura Tu boca de fuego Tu sustancia que anhelo. Llenando mi corazón de sol De arrumacos dormidos Tentados los dos por más Como una sílaba sin freno. Como un domino sin dueño Agotados miramos el cielo Y somos dos locos del azul Que nos cubre de pasión. Somos trasnochados seres Alocados espíritus que luchan Buscando la felicidad Que aún nadie pudo encontrar. En la oscuridad de la noche Nos vemos radiantes Como dos diamantes en crudo Como dos amantes pasionales.

Reflejos que ahondan la trama, destellos que unen sin romperse, el hielo cristaliza la aurora boreal nada es tan hermoso luego de amar. Hay días sin llantos, sin lógicas penas esos tiempos transcurren sin pausa, aquellos querubines lograron su fin dejando un ramillete de estrellas fluir. Noches que se unen con el amanecer, sacan lo de una, lo de otra y logran mixtura, un conjunto, un estandarte, un sinfín de maravillas que no veremos nunca más. Las formas son como diamantes en el cielo, la magia recorre las llamas voladoras de astros, sin ropas, sin piel, son ojos avispados de luz, las naves recorren el infinito azul, y aterrizan. Vestidas las reinas del mar se unen a los astros salpicados de bellos colores la magia se hace ver es un espacio magnifico para soñar, amar y escribir aquellos vestigios del pasado que nos dejo partir.

Hola mis queridos amigos, los dejo por unos pocos días, solo voy a descansar tratando de ser feliz junto a la naturaleza que me fascina, se que volveré con muchas ganas de escribir, eso si no lo hago allí mismo ji, les dejo todo mi cariño Rosario Cobijándome en tu piel cubierta de ilusiones cabalga en sueños el aroma de tu cuerpo. Me talla el vientre, dejando huellas indelebles adherida como arcilla queda tu aroma. Estamos esculpiendo nuestros cuerpos, saboreando enajenados perdidos, embriagados. La brisa pasa nos abrasa, libres nuestro vuelo por pendientes, ardientes dibujamos espigas nacientes de fuego.

Suave, etéreo llegas hasta mi boca, dejas huellas de tu boca, arde mi piel, el cuerpo mudo en llamaradas, esclavizado te siento, el murmullo de tu aliento, lo siento estremecer en cada roce de incontenible deseo, agotados, entregados, se apaga, discurre en un gemido trémulo en la borrasca.