Una blanca tarde que se fue
con su amigo el viento,
la lluvia no pudo caer,
esta pensativa.
La tierra seca la reclama
sus poros se parten,
agoniza su energía
es deplorable su lamento.
El cielo luce más azul que nunca,
la dama de la noche,
aparece colmada de estrellas
demostrando su poder,
mientras se va apagando
relámpagos se acercan,
la esperanza crece abultada
emocionada.
Al final es solo ruido
todo termina muy pronto,
la luna aparece radiante
como la reina más hermosa.
Y los enamorados salen a caminar
se besan en las calles polvorientas,
nada les parece más dulce
que un amanecer juntos,
y las flores se lamentan
deben apagar su esperanza,
dejar morir sus pétalos
por un camino incierto,
de pronto la lluvia se presenta
para calmar el llanto de esa flor doliente,
la vida comienzan, los enamorados florecen,
la vida se estremece de vida.
ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO






