Te espero amor mío, leí tu carta y sentí el mismo deseo que tú.
Te espero amor.
El amor querido amigo, es un premio que solo aquellas almas con capacidad de sentirlo, lo experimentan grandemente, no todos los amores son iguales, el sentimiento es emocional, puro, y se siente de diferentes maneras. Jamás se ira de aquellas personas que así lo sienten, y si algún día las mismas personas se alejan, no será porque el amor se extinguió, hay mucha variedad, y múltiples cosas que no les permitirán acercarse, pero el amor prevalecerá por siempre.
El amor es de un valor incalculable, existe desde que la humanidad se posó sobre esta tierra bendita, y ahí, el amor se hizo dueño del mundo, como el odio, que también creció en menor escala, ya que el amor siempre lo doblega. Igualmente los valores materiales jamás podrán ser aliados del amor, no se juntarían nunca. Dios es amor y así lo dispuso. Amor y odio, dos sentimientos diferentes pero que reinan. Algún día reinara solo el amor.
Sé el motivo de tu misiva, porque siento lo mismo que tú, tus poemas suspiran en mis viajes cuando no estas, y me hablan de ti, también extraño nuestras caminatas mirando la luna, que asomada nos daba su consentimiento. Nunca sentimos celos, ni miedos, lo nuestro es diferente a tantos otros sentimientos, que no podríamos compararlo jamás. Tus logros serán los míos, y así viceversa, lo nuestro es un amor puro sin reservas, grande como para dejar de lado esas vanidades de la vida.
Estoy en medio de mis poros respirando tu respiración, escuchando latir tu corazón junto al mío, y creo saber que no existe nada más hermoso, que un amor así, desnudo de todo orgullo. Te amo tanto como tú me amas, y no creo que exista nadie que pueda separarnos, porque vivimos en nuestro universo creado para la dicha de nuestras almas.
Pronto nos veremos. Este caudal de amor corre como un río salvaje, no duerme nunca, solo vive sintiendo, esperando, valorando todo lo que fuimos capaces de hacer por nosotros, por el amor, por todos aquellos que se aman, y no pueden vivirlo. Espero ansiosa el día que me tendrás en tus brazos, y así poder decirte vida mía, ¡Cuánto te Amo!, y sentir que la vida nos regaló esté sentir desde antes de nacer.
No tardes.
FIRMA: María del Rosario
