Los cristales rompieron su cadencia
al vuelo del cóndor usurpador.
Las campanas trasnochadas giraron,
y una luz ambarina surgió de las sombras
hablando en una oración.
Descolgó del azul cielo una emoción
que transformo las formas…
Dejando claro aquel sentir de tu alma,
que en descanso transfirió su encanto
en la melancolía de tu sueño,
en la furia de tus palabras quietas,
al hablar con cristales tu voz de años...
Alessandrini María del Rosario






