
Encantador misterio
encierra tu mirada,
juegos y sombras parpadean,
fluyen,
llenando el silencio
de largos espacios,
poblando de luces
las arterias secas.
Cuanto de ti sale,
por el cristal azul,
se muestra sin perjuicio, ni miedos
en esta noche estrellada,
tus ojos lucen
mil formas diferentes,
musitan palabras,
cantan, corriendo al confín de tu infinitud,
tiempo,
que se aleja de tus venas plasmadas
de savia de la vida,
en un collar de nudos,
que se desatarán,
cuando llegues a tu refugio.
La noche silente te acompaña,
sobre el poblado
oscuro que envuelve tu alma,
ya lejos del mundo,
te elevas, cual ángel desposeído
de sus encantos,
no hay lagrimas, esas perlas me las confiaste a mí,
Así cuando necesite de ti,
broten sobre mi rostro,
ayudándome a vivir,
aún cuando yo no las pedí...





