
Invisible y en silencio
llega mi duende,
el transita mis páginas
recorre sus pasillos
sus salas y vestuarios.
El sabe ser el duende
que magistralmente
deja en cada visita
su marca exquisita.
Un duende majestuoso
que en cada pincelada
enmarca sueños y hadas.
El me protege de todo
me guía en la penumbra,
acapara de la rosas su aroma.
y las hojas doradas del roció,
el reflejo del río y de la brisa,
me regala el cristal del arco iris
y el manantial de su sabiduría.





