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DESNUDAS INSPIRACIONES

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¡Qué pensar del río sediento del árbol desnudo!, ¡qué pensar de la tristeza del viento cuando su figura no ve!. Del sol que al brillar no descubre su luna y al anochecer, ella no lo puede ver, quizás las estrellas veletas tomen el brillo de eso astros y los unan. Jugadas las sombras, no cenas estrellas se conforman con un arco iris fugaz, y un cielo celeste al amanecer. El silencio solo y trasnochado descubre un paisaje eterno, de gran belleza que dura  un instante; Luego se rompe en olas febriles, que impactan a vientos ,y  sombras silenciosas. Alessandrini María del Rosario

LENGUAJE DE OJOS

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La noche se duerme la luz se apaga, en un rincón tus ojos La tarde se aleja triste, tus ojos me ven como un lucero lejano. Un beso perdido anida entre la noche, entre el lucero espía. Mi boca sedienta ansia tu boca de fuego, tus ojos me miran El amanecer se desploma sobre mi almohada, tus ojos me seducen. Nos encontramos enredados en miradas cómplices, desgarramos el lenguaje de ojos. nos amamos. Alessandrini María del Rosario

SALVAJE

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Rojo fuego es su veneno Que arde allí sereno Que fluye como en enero Palpitante como el lucero. Camina, se arrastra, gime Es una voz desgarrarte, Calcina los labios al besar Deshace tormentas negras. Es un remolino de fuerza Un brote de mil pulgadas Un abanico que enhebra Energía en la piel, del el alma. Carcome la razón, sin razón Elimina la sed, con pasión, Es un salvaje, corrupto amor Se vende al mejor postor. Se alquila, se nutre de odio Evaporando de su perfil la paz, Es un engreído comerciante. Que la gente se aparte, puede Que al volver la cabeza, se convierta En un caracol de carbón y lava. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI

NO FALTES

Púrpura derrama al alba, tu silueta me detiene en mi andar sin descanso, buscas mis ojos en las pupilas de los tuyos, allí se refugian, mientras lejos estés me verás rehaciendo nuestro idilio sin saber cómo te amé sin paz. Ahora sé que al sentirte te perdía, y por el camino del olvido nacía un vendaval de musas y de envidia. Te dejé ir sin pensar que mi corazón esclavo moriría al comenzar el día, a pleno sol a plena luz del día. Te dije adiós como si fueras un mensajero de la nada, sin descubrir que yo te amaba más que a nada, y ahora estás en plena batalla dislocada. Sí, porque las hadas enloquecen muy temprano y tú no entiendes de palabras ni de flores, ni distingues aquellos colores delicados de la primavera. Mi amor, si me ves en la turbulencia de tu andar viajero, si la prisa no te da de lleno, podrás quizás recordarme como antes, yo te espero. Si tú regresas a mí, te contaré mil cosas que no sabes, te besaré hasta que tú lo pidas, y en medio de todo, mi corazón, y c

RECUERDOS

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Tienta la mañana Con su luz armoniosa, Tienta el sol con sus rayos El cielo azul tan diáfano El viento tienta... Que nunca se aparta Y su voz corre y corre, Llevando en sus ancas las costumbres Corre... junto a los ríos Junto a los recuerdos que aúllan. Como látigos se adhieren a la piel del alma Corre la nostalgia como un gamo, Solo se detiene en un pasado. Deja mil canciones, mil recuerdos Amores y flores, él te con la nona. El café compartido con papá De madrugada, cuando la faena lo reclamaba Tiemblan los recuerdos junto a mí.

SOMBRAS DE UN SUEÑO

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La sombras deletrean poemas mientras los pájaros vuelan, en la oscuridad. El sonido mudo se pierde... Los sueños escapan, la realidad fluye en roció templando la tierra. Nacaradas mariposas nocturnas danzan en su fuego de colores, el cielo se viste de gala. Hay música de tiempos celestiales, en medio de esta nota musical, los duendes encandilan de belleza... Sutilmente las nubes se transforman, la vida comienza nuevamente a surgir como el arco iris, siempre después de la tormenta. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

MATICES DEL ALMA

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Un barco, un soplo descarrila el silencio posándose en la mirada solemne del tiempo. Lejos se ve un reflejo que traspasa con su miseria con su pobreza las caricias a la tierra. Invitados, dos soles se inclinan besando el ángel dormido en su misterio, donde yacen sus alas diamantinas. Sube la marea bajan las sombras ocultas, se descuelgan las luciérnagas, y su ejército trasnochado aguarda juntar las sílabas. Alessandrini María Del Rosario