VESTIDA DE AMAPOLA
Me visto de amapola, bebo en el agua pasante de la acequia, percibo su semilla, su color me seduce y hormiguea la piel. Me saludan los pájaros migratorios y vistosos, me asombro convertida en un manjar amarillo, tibio. Sera que impregnada aún de aquel paisaje se despiertan mis sentidos en espiral, junto al sol renovador. Entre las sombras imaginarias de colores, aromas que se filtran en mis papilas, y adheridas fluyen entre vientos, sol y arena, las agua en mil rincones.