La noche mas larga de medianoche

Un ave surca mi cielo, y al mirar sus alas mis palabras remontan vuelo. Me embriago de luz, de luceros florecientes, entretejida de nubes. Mis versos con su tinta dejaban huellas en sus extrañas, luego la noche y el silencio adormece, raíces e ideas. Mi imaginación despierta muy lejos mientras volaba. Las estaciones corrían historias, musite mis vocales, y baje del ensueño. Aquella luz fue cristal de estrellas en el costado de mis versos, acaricio mi poesía en silencio. Al cuajar la noche fui descendiendo hasta alcanzar la hierba, impregnada de mí esencia. Alessandrini María del Rosario

La cara de la verdad se extingue, se anula por ser destronada de su existencia. Hay un revés, un largo nudo que se cuela por kilómetros en las venas de la falacia. Erosionando al hombre inexperto. La lucha fecunda no se exterioriza, no prende, se va apagando entre la borrasca del mil colores falsos, deteriorado. La inconsciencia se dilata, formando un largo camino al exterminio, del noble, del honesto, del hombre cabal, que no encuentra la esencia de aquel tiempo que hoy, no reconoce...

Caen los minutos plomizos en tu mirada llena de hosquedad. La huella del pasado me han contado palabras con su modo. Las cenizas que le nublan el sentir, y la sonrisa tantas veces. Las palabras no regresan, ausentes viajan y no tienen pasaporte. Construyen puentes y van pescando ilusiones calladas y locuaces, van dibujando paisajes, ya que nada concluye en sus líneas, ya que todo comienza. Es un festín en ese mundo donde me encanta pasear bajo las estrellas, llenas de poemas...

Te veo a lo lejos en aparente ausencia, me detengo un instante, te miro confundida es ese andar cansino… Lejano, perdido. No adviertes mis ojos, en tus ojos que adormecen quiero hilar un paisaje, tu piel se estremece. Mi memoria no acierta a pintar nuestra historia, que se escurre con la brisa entonada de rímel. Mis lágrimas agonizan… desde la memoria, hasta el olvido, desde el sonido, hasta el silencio, no puedes leer estos versos. No puedo deshojar aquellos besos elevándolos hasta tu boca, poseerte nuevamente… No te puedo hallar, no me recibes, tu ausencia es parte de la mía. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.

Pálidas nubes airosas que murmuran lágrimas mientras estallan. Brazalete de plata color de humo, vuelan sedientas a romper con la brisa. Sentimiento de aguas que en sinfonía bajan, coqueteando a la tierra mientras la besan. Los colores de ensueños van en sus gotas cuajando horizontes inciertos, vientos de cola en su festejo. Con la cálida atmósfera despertando emociones, pintan bellas ecuaciones y se mezclan acuarelas… En racimos muy frescos el arco iris deja su impronta, que en la tierra se yerguen airosas flores y cascabeles… Alessandrini María del Rosario

Mirando el horizonte detrás de una ventana con la copa de vino, se distingue la bruma que liquida camina mostrando su importancia; Mientras la copa tibia derrocha su ilusión, en ella hay un mundo,  en su color de uva, en su gotas de sangre se encuentra un corazón. Quizás nadie comprenda que ese vidrio alberga… Perfume en su interior. Un cielo de colores, un mar fosforescente, el brillo y la verdad; que a todos los mortales los duerme sin sus males, arropando en sus vahos la tristeza más grande, igual que la alegría. No olvidemos que su licor cautiva, su color asombra, y nos turba la mirada también en la razón… Es una copa brava, que destila vida, que mueve muchos mundos cuando llega de prisa a contemplar los ojos que derrochan pasión...

Diademas en tu pelo de blanca cabellera. En el azul del cielo un ángel en tu ribera mira tus ojos claros, y adormece tu espera. Te regala una rosa, y sabe de tu anhelo el quiere tu consuelo. Te llama primoroso a cantar en su esfera, eso a ti te consuela, ya subes en su nube con tu alma sin pena...