EN EL MAR DESNUDO
Me desnudo, en el desnudo mar donde danzan los peces, las golondrinas pescan en medio de las olas que flotan con el esfuerzo de sus criaturas. Allí donde la crueldad no llega porque su roce es de agua, su lamento de sal. Su casa construida de arena no permite que la denigren los malos soles impostores. Danzo con las aletas de la vida, con mis piernas de luna enamorada. Mi vestimenta se forjo de orquídeas que navegan libres entre enaguas de sedas bordadas, y hebras doradas de luz. Allí donde florecen los hombres de plata, arrastrando sus espadas templados de coral salado. Desnuda como el mar inundado de peces, navego en alta mar por la corriente marina, en medio de su verde esmeralda, que ruge, que calla, que huele a loción de seres vivos, inocentes de desquicio. Allí me cobijo, en sus extrañas profundas, en su larga orilla, en su templado lenguaje milenario, en su tersura, en su actividad de andar oleajes. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI