FORTALEZA
Frente a mí, un sendero de luz que no deseo trastocar, una mano invisible que nos cuida del invisible terror que nos afecta, si confiamos que vivir es nuestro destino hasta que llegue el día señalado, así sucederá sin duda. Volveremos a sonreír y a soñar, escribir, y disfrutar las cosas simples donde se encuentra la vida natural. Volveremos a ser felices. La duda no debe perturbar nuestro espíritu, encontremos la tranquilidad necesaria, en la fortaleza de ser hijos de Dios. Alessandrini María del Rosario