La noche mas larga de medianoche

Una blanca tarde que se fue con su amigo el viento, la lluvia no pudo caer, esta pensativa. La tierra seca la reclama sus poros se parten, agoniza  su energía es deplorable su lamento. El cielo luce más azul que nunca, la dama de la noche, aparece colmada de estrellas demostrando su poder, mientras se va apagando relámpagos se acercan, la esperanza crece abultada emocionada. Al final es solo ruido todo termina muy pronto, la luna aparece radiante como la reina más hermosa. Y los enamorados salen a caminar se besan en las calles polvorientas, nada les parece más dulce que un amanecer juntos, y las flores se lamentan deben apagar su esperanza, dejar morir sus pétalos por un camino incierto, de pronto la lluvia se presenta para calmar el llanto de esa flor doliente, la vida comienzan, los enamorados florecen, la vida se estremece de vida. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

El silencio pesa Deshace La espera, Destruye la esperanza Hay mucha oscuridad Que mece la ansiedad, Nada cambia El espejo se asombra De sentir la sombra De su mirar, En su cuerpo hay Muchos espejismos La soledad Lo invade cuando Nadie esta, La ventana en su abertura Va despidiendo sombras Del cuadro de franco Va, y viene Como olas sin frenos. Espejo de cristal En sus años nada cambia Es soledad Figuras que no están más ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

La noche los atrapa, dos criaturas bajó sus cortinas oscuras sueñan las estrellas despiertan de alegría con susurros y brillos le dan vida. Ambos sienten que viven en un soplo ganando su destino, y los sueños de siempre, acaparan su tiempo con amor desmedido. Ellos son dos jovencitos enamorados que vivieron de grande, otros intentos. Ahora saben que la nostalgia les trepa como un viento muy fuerte, solo están allí, en un jardín tan libres, volando entre rosas, cantando su historia. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

En el umbral de los sueños donde se propagan los tiempos que iluminan el presente de inocencia, de un remoto y complejo día. La luz perdura como el fuego de tu vida y el silencio escucha esa agonía, mientras a la deriva desnudas el destino. Tu memoria camina arrastrada, perdida envolviendo notas pasadas entre nieblas, corre tu noche roedora de sueños, y el insomnio se perfila compañero rapiña. Llega la sirena como ángel guardián y te ilumina el tiempo al despertar, te tiende sus rayos de mil colores mostrándote un mundo de amor y paz. Alessandrini María del Rosario

El tiempo pasa y te veo surgir en mis pupilas como un río fecundo inundas mis días, te siento en las noches oscuras de luna dormida, saltando entre sombras de estrellas cristalinas. Mi corazón se agiganta y vibra de alegría mis sueños te dibujan con algarabía; en los amaneceres cuajados de estrellas perdidas escucho tu vos embrujada de vida. ALESSANDRINI MARIA DEL ROSARIO

Hay un mundo afuera hay más que algo, aquietando tu andar enigmático amigo. Estás ausente, huidizo hay alguien que me llama, no se escucha el viento pasar, solo un susurro atroz. Un ángel me habla de ti, el reloj emite una señal se detiene el silencio, se suspende su llama. El agua se derrama declarándose dueña, se desnuba su nube, el sol ilumina su talle. Y la luna sueña ser señora, mientras se detiene el tiempo, el mar se aleja de su costa y ellos, se aman desesperados. Alessandrini María del Rosario

¡Qué pensar del río sediento del árbol desnudo!, ¡qué pensar de la tristeza del viento cuando su figura no ve!. Del sol que al brillar no descubre su luna y al anochecer, ella no lo puede ver, quizás las estrellas veletas tomen el brillo de eso astros y los unan. Jugadas las sombras, no cenas estrellas se conforman con un arco iris fugaz, y un cielo celeste al amanecer. El silencio solo y trasnochado descubre un paisaje eterno, de gran belleza que dura  un instante; Luego se rompe en olas febriles, que impactan a vientos ,y  sombras silenciosas. Alessandrini María del Rosario

La noche se duerme la luz se apaga, en un rincón tus ojos La tarde se aleja triste, tus ojos me ven como un lucero lejano. Un beso perdido anida entre la noche, entre el lucero espía. Mi boca sedienta ansia tu boca de fuego, tus ojos me miran El amanecer se desploma sobre mi almohada, tus ojos me seducen. Nos encontramos enredados en miradas cómplices, desgarramos el lenguaje de ojos. nos amamos. Alessandrini María del Rosario