FLAUTA DESNUDA
El devenir de los días marcan aún más el silencio, que como una flauta desnuda acaricia la distancia. Hay un himno en el aire como gotas de roció, se acumula la nostalgia y ruedan migajas de canto. El despertar del día es la música del alma, es el vértice perfilado en sueños entonando una plegaria. Pasa el tiempo, pero la oscuridad del alma se profundiza, golpeteando sin respuesta esa puerta cerrada a la esperanza. Alessandrini María del Rosario