NADA MÁS
Se consumió el tiempo rápidamente, sólo quedó vacío cual desierto. Se durmió la impotencia... ya no sale de su hastío. Está perdida con la fe en la oscura cárcel del olvido. Se sintió en el pecho, en el alma se fundió ese desprecio, que fue creado sin conciencia. Es tarde, casi de noche, crujen los árboles dormidos, viajan los sueños a otro tiempo de olvido. Vuela la tierra, hay hojas y brotes que eriza el viento… MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.