VICTORIOSOS
Como dejar de oler el carmín de tus pupilas, el carbón que se desplaza por tu órbita, la fuerza que despunta la mirada, es la puerta donde se abre una esperanza alucinada. Sin tus ojos no podría, mirar ese amor que rugue a tras luz de tu armonía, en el umbral de tu dédalo, donde ocultas tus deseos y se enreda mi torpeza, abrir tus ojos donde leo mis temores y tu lujuria. Dejar correr por la cornisa de tus párpados las locuras orgánicas, escribiendo en la magia de tu iris mi gozo, permitir que tu mirada se extravié en la loma de mi boca, y perdernos en la falda de tu córnea enlazados victoriosos.