RESCÁTAME
Rescátame del recuerdo tormentoso, tu cuerpo es la llama que me calma, tus ojos libertad perdida en el tiempo, tus manos en mi piel como dos soles. Siento el palpitar de tu mirada que rodea al corazón que soñando un beso quiebra sobre tus labios vagabundo de mis noches, aún embriagada entre el otoño de oro rojo. Brisa ligera que se lleva nuestra primavera, dibujando su recuerdo profundo en un susurro nos une más que antes, en este ardor que duele. Pero duele de tanto agonizarse porque no muere, nunca jamás podrán decir las amapolas del silencio que nuestro amor se marchito solo de frío olvido.