MAR
Entre arenas tibias y mojadas deje mi corazón una mañana, deje mi sangre, mi verdad mi silencio y el hambre. Sobre las olas juguetonas una mañana me encontré sola desafiante me miraba en silencio, para llorar sin ti, si fe. Hoy regreso al mar, más puro más descansado y fugitivo, penetrándolo hasta el infinito dejando tras de mí su sal. Mi esperanza está en verte en encontrarte nuevamente, saber que no fue en vano alejarme de tu orilla. Regreso como el primer día como si nunca fueras a mirarme, para cantarte dentro y en tu orilla mar, no me abandones más. Deja que pose mi mirada sobre tu embravecida espuma, que me cristalice viento, eternamente ser pez, ser alga. ©medianoche