La noche mas larga de medianoche

Está a punto de llegar lo siento, es habitual que así sea se aproxima con deseos con nuevos bríos atractivos. Encantando con su piel de miel y arena, sus manos fuertes sosteniendo las mías. Su corazón ardiente agrupando misterios, su voz que juega con el silencio de mis ojos. La magia desmedida que ya nos arrasa no hay tregua, somos dos liricos enamorados. Dos locos confundidos en un poema largo, hambriento de tinta, de papel, de marcadores. La pasión nos llega desbordándonos profundamente, desgarrando el tiempo. Atrapados, sin raciocinio prolongando así el éxtasis, sumergidos en esta avasallante llama creciente de entrega total, el momento nos devora velados de rubor.

Caminante de suelos nubosos, ardilla que pasa sus horas de brisa, cada músculo te fluye en la tarde, engarzado al confín de tu cielo, caminante de noches cerradas de tiempos presentes, en horas, no te olvides que el mundo está frío, esta agónico de olvido y en sombras, transcurren sus días de hambrienta vigía se desliza buscando el consuelo perdido. caminante que surcas los mares en naves extrañas, y en aguas muy dulces de sueños, no te pierdas sin mirar una vez esta tierra, que arde, esta gris, esta sepia de cúmulos, no se encuentra, el amor extraviado de Dios, los hombres transitan sus vidas de olvido.

Las solitarias sonrisas buscan compañías mas la indiferencia de los rostros en una mueca de melancolía las espantan lejos ellas agonizan se repliegan y perecen se entregan sumisas a las lágrimas frías.

En rodajas gruesa va mi corazón, en trozos pequeños ella; la emoción. Todo crocante y templadito, mezclar bien con sus condimentos, rociar con champagne a temperatura retirar, Primero viene la ternura, luego pasa la caricia dulce, llegando al camino están los suspiros, abrazando fuerte llega La pasión. ¡Oh... Cuanta ilusión!, la señora hoguera que antes fuera llama arde por doquier, todo es combustión. Si hasta las lágrimas vertieron su miel, detrás de todo ello, la calma atraviesa buscando el descanso después del placer, arropada ella desplaza orgullosa su etéreo ser.

En lo alto del cielo henchido de densas nubes, Vuelves a nacer con el suave azul contraste, la turbulencia de tu demencia, musita, agoniza. En la bravía llovizna tempestuosa navegan como un cilindro tus ojos, ensangrentados brillan como gotas verdes ilusión, juegos de luz y sombras, ambas son impetuosamente inquietas, van atormentando tú desnudes sobre un imposible oasis de melancólica, sensualidad que refleja cierta influencia de intimidad. el ambiente armónico fluye con cierta lucidez, la realidad, idealizando Tú figura sobre la oscura tarde se pierde, penetrando con tu sensibilidad casi romántica, en la suave sabanas de mí recámara, donde se profundizo el encuentro fugas e improvisado.

Quiero que tus manos tiernas me acaricien cada ángulo, cada curva, que demarques el camino de tu andar como un felino. Quiero arte en mi piel, en mi carne, sentir tu vos abrazarme, refugiarme en tu lecho, flotar entre burbujas, en tu torrente sanguíneo. Quiero acoso, un cántico de bienvenida, junto a mi cuerpo, miel, arrope de caña, Quiero múltiple factura de tu galantería, fanatismo ferviente, quiero tu vida...

Sentado en la butaca revoleando las piernas, mira el tablero flotando en sus narices, y deduce que en su adolescencia, nunca descubrió el arte de sentir, la quietud, en un lugar entre tantas personas organizadas, sencillamente fue diferente, el tablero es terriblemente aburrido, siente que sus piernas se aquietan sin comodidad, el ya no debería seguir sentado así, los miedos regresan apresurados a instalarse en su mente. Juan …donde te has metido hermano, tengo frío y estoy desarmado en este atolladero, en esta muralla insolente que clama por mí, sabe que Juan no lo escucha, hace rato que no lo escucha, su vida transcurre solo por la paralela de sus sentidos, tiene miedo de no saber seguir la ruta, quiere salir de allí, trata de levantarse pero el murmullo aquieta sus movimientos, y se deja caer nuevamente en su butaca, presiente que no podrá hacerlo, duele el tiempo que pierde entre las sombras desconocidas que le rondan. El tablero sigue dando números sueltos, páginas que no entiende

Armónico y perfecto Vuelas en mi cielo Con la magia serena Del silencio y la luna. Me prometes sueños No pensé quererte Como te quiero mío Guía en la noche, mío. Aire, viento, amigo Vos de luna, arrullan Me inspiran, el arco iris No pensé quererte. Hoy pienso en mi alma Cada día, cada momento No pensé quererte Pero te quiero Con la fuerza del corazón En silencio. No pensé quererte Y hoy te siento, mío Te tengo prisionero De mis besos, de mi piel. No pensé quererte Incrédula, estremecida Disfruto la breve vida.