La noche mas larga de medianoche

Despertar la noche en su nostalgia, trepar sobre la luna en su vientre de diosa dibujando caminos de hojas caídas y tibias con latidos de estrellas y ramas del sol naciente. Hay huellas de pasos, otros, que se derramaron fugaces, cuando al caminar sonoros iluminaron la espuma azul. Embriagada blanca y eterna luce la luna, su vestido dorado el cielo oscuro la embellece y la noche le da su majestad.

Tu mirada me besa y el amor nace ciego, radiante se despierta en su precioso vuelo, el aroma de azahares los sentidos navegan se asoman las gaviotas que al mar le cuentan la magia que perciben, tan real, pura y serena se apaga junto a la luna nuestra llama de fuego, creciendo lentamente una llama de vida.

Sellada mente inconsciente están las cicatrices. Se fundieron indeleble en su núcleo evolutivo. Trémulas se registran en las células las emociones. Cada día más los sonidos le activan la hormona felicidad. Tal vez mañana recorrerá el mundo por tierra y mar. Tendrá tiempo para pensar y amar que otra cosa puede importar más. La brisa la acompaña sus cicatrices evolucionaron y está enriquecida. Así encontrara voluntad y fe, sin perder nada mas en el camino.

Siete colores tiene, tu delicada hada jazmines rojos cuelgan del cielo mágica luces tiritan en tus ojos, tus sentimientos traen remanso fresco. Este amor que espero está llegando los soles de septiembre me lo regalan, es oro, fresa, es blanca bruma espesa entre las hierbas altas, cae la montaña. Es probable que sueñe con tu mirada, es posible que te ame mi alma y cuerpo, que te riegue de fresco roció, blanco y perlado, que te ame sin preguntas, sin lágrimas, ni tiempo.

Suelta amarras, si no estás invitado abandona a tiempo las cadenas de esclavo. Arrójalas al mar con las ilusiones que se perdieron ayer, y continúa con tu vida. Lejos de las arenas frías, lejos de la sal que duele, bucea en tu corazón dormido hasta sentir el eco de tu sangre. Las emociones ya cantan su lenguaje recupera el aliento de tu hemisferio, juégate al límite y contempla tu vida mientras te espero del lado opuesto.

Cuando te vi por vez primera, un colibrí se posaba sobre tu hombro una bella criatura como tu. Te rescate en esa bella imagen con mi maquina, que es mi reflejo espiritual, hoy, tu cuadro luce armoniosamente sobre mi escritorio, esperándote. Que a al regresar de tu viaje por el mundo lo recojas, te contemples en ese instante tan efímero al momento de tu partida. Y que tu olvido, pulverice la inercia de tu corazón, ahora, tu luces hermosa y radiante, espero verte así… tan luminosa, como la imagen que te recuerda.

Cerca de fuego, juntos abrazados, embriagados en la suave brisa, calina deslizando nuestra locura, está ternura solo nuestra, amor, un sol naranja despunta encandila nuestra danza. Invierno de oro y trigo, nuestros secretos se cuelan bajo el lirio refrescando la mágica mañana del blanco día, con aves fugaces y coloridas que al pasar nos trinan las canciones inolvidables. De aquellos días plenos de armonía capullos que florecen en cada beso ardiente, radiantes, como la tinta fresca que se desliza en cada esquina, de nuestra poesía que se ilumina.

Incendio en las tinieblas bajas, en el pasillo de la vida surge el fuego, donde duerme el mundo acurrucado que abandono el destino en su partida. La oscuridad no tiene manchas, es toda una olla creciente de sombras, donde la mentira tiene viaje de regreso, oscura, como la sangre vieja derramada. Las negras gotas secan la esperanza, un gran reloj marca el final de este ocaso, ningún sentido, ningún motivo para soñar, el espejo nos regresa la misma niebla. Nos atrapa sus tentáculos de guerra, sus fibras crecidas para la muerte, el fin no existe, es un brote de optimismo, un llanto irónico, un insomnio despierto.