La noche mas larga de medianoche

Ellos caminaron sin tiempo ni pausa, buscaban la soledad para unirse en cuerpo y alma para poder ser dos almas más. Se perdieron en la tormenta, el frio los entrego a la oscura noche blanca, no encontráron el camino o no quisieron volver. Se apagaron en un suspiro; luego cayeron en un sueño que desbastó los recuerdos insinuando un nuevo tiempo. Sombras blancas recorrieron aquellas dunas serpenteantes. las doradas arenas salvajes tenían su historia de tiempo. Ellos no advirtieron su calor ni el frío azucarado que endulza. Yacían sin conocimiento, laxos; el viento silbaba su lamento. Aquellas criaturas nunca despertaron y el paisaje, con su poso de arena fría, mostró como sus cuerpos vacios de vida eran acariciados por el piadoso viento y la dorada arena. Medianoche.

Aroma de piel de roble y miel conjuro del sentido que fluye destilando su arrope de pino sobre el núcleo del abismo. Serena se deleita la boca absorbiendo tus caricias despertando en la noche la brisa serena de tu voz. Juntos y unidos recorremos un cielo azul poblados de luces un mágico encuentro de asteroides un enjambres de seres curiosos. Llegamos a la cumbre más alta luciendo la calma espiritual abrazando los juncos ardorosos descansando de el soplo voraz. Medianoche.

No tiene voz para clamar, ni pincel para pintar su vida las letras le están esquivas, sus sueños navegan por vivir. Son alas que el viento tiene nubes que asisten a la lluvia, agua que recorre su figura, dudas que vagan sin cesar. En busca de aquel camino donde quedo su destino, donde quedo su altivez y sus secretos plasmados. Su pluma que casquivana recorre el blanco papel sin poder dejar en el una palabra de aliento un mensaje, un encuentro. Una caricia de ensueño un fresco rubor del tiempo, solo se escucha el lamento de un poeta susurrante, que sabe ser caminante al momento de crecer. Medianoche.

Cristalizada en agua el fuego el aire se conmueve de pasión hay alas que giran sedientas la tierra presente hace eclosión. Hay magia en las flores inquietas la nieve se cuela fresca pura, y el brillo del mar se refleja en la luna un camino se abre insinúa amor. Un amor que evidencia su huella su paso ha dejado un bello esplendor hay música y risas hay llanto y adiós pero no es un final es solo un comienzo. Es que vivirá entre nubes preñadas En los surcos del alma dormirá latente Entre fibras internas estará presente No hay cadenas que puedan matar el amor. Hay un haz de luz en la ventana abierta en el cuenco de mis ojos paisajes de aguas y armonía en el lenguaje tan sutil que el concierto no detenga la amistad. ni se apague la lluvia que alimenta la vida.

Para hacerte comprender voy al sol me voy perdiendo lentamente en su luz haciendo que la distancia sea piel Y no sea tan cruel, ni agónica hiel. Las almas que se encuentran tardías, ya están sumergidas en el vaivén de los escrúpulos, no podrán surgir, ni fluir libres. La realidad del camino es la curva intransitable donde nos tumba la vida, el silencio es la posada más suave donde dormirán los sueños incompletos. La caldera que se agita tenebrosa se apagara tristemente gota a gota errantes saldrán suspiros vagabundos después la primavera será esplendida. El cielo será más diáfano y burbujeante la virtud está en la pureza que se eleva es la savia que se emplea aún sufriendo comprender es conocer a fondo el corazón qué partido igual se alimenta de ilusión.

Espejo cristalino su luz ligera deja languidecer en la mañana primaveral, camina sobre polvo de aserrín latente y la madera crujiente se desvanece. Sobre las piedras su cristal mece la tormenta acuna un nuevo día una nueva vertiente tiende a nacer que sea en horizontes azulinos. Que cuaje con la fuerza del edén que la danza murmulle sinfonías en el soplo del viento parlanchín a un extenso y profundo devenir.

Autor: maria del rosario alessandrini Llegue al pie del gran matusalén, Árbol añejo de casi 500 años, un calden que se mantiene vivo Y saludable en el parque nacional, muy cerca de mi apart. Allí estacione mi auto para hacer como todos los días mi caminata Entre los verdes y forestados campos. Saque mi mochila me la cruce sobre los hombros y, cuando comencé a dar mis primeros pasos advertí que seria diferente mi caminata hoy, como si una fuerza extraña me empujara, y sin darme cuenta, me fui introduciendo por un sendero desconocido y único, supe que era la primera vez que lo recorría, me sentí perturbada y mis pensamientos me indicaban que lo mejor seria dar la vuelta y comenzar mi recorrido como siempre. Mi razonamiento no pudo ser aplicado, de pronto me vi. en un camino sin regreso, yo intentaba volver y se cerraba sobre mis pasos, solo tenia un lugar por seguir y era el sendero, por detrás nada, por delante incierto, bello, inquietante, majestuoso, exuberante. Sentí una opresión en

Tango y poesía van de la mano escondido en los pliegues de los bandoneones. Hermosas melodías bellas canciones versos escritos por poetas de nuestra tierra. El dos por cuatro recorre el mundo con propiedad y filosofía de vida. Habla de penas y amores de pasiones de traiciones y encrucijadas. Tango querido tango tradición de nuestra tierra. Reflejo de nuestros días bellas letras plasmadas en su esencia Actual y viva. Gira y rueda se siente simple es el tango nuestro contemporáneo. ©medianoche