La noche mas larga de medianoche

Telas que se mueven al embeleso del pincel más dislocado, que surcan sus fibras con pasión y ardor desmembrando blancas orillas que no se ven por el solo hecho de estar fijadas a la madera que navega plácidamente su recinto inmaculado. Centros que brillan con ojos de mariposas, de halcón… de un diminuto cascabel que gira rebelde tratando de centrarse para elevar su lengua que envenena salpicando de verdoso amarillo la tela que se retuerce para no quedar plagada de su néctar mortal. Pinturas acuarelas que salpican sin medir la distancia de cada expresión, de cada dimensión, colores fríos por momentos cargado de ungüentos, metamorfosis que tiñe de oscuro un principio sin final un olvido sin recuerdos. Ya no pinta el que sabe su tela tratar, pinta quien puede a su celda llegar, arrancando sus pesares, sus días, sus ayeres, pinta quien sabe de cosas que no saben otras, pincel que destrona al pintor mas avezado porque es la tela que lo llama a crecer.

Aunque no te tenga me cubren tus brazos, si al pasar el tiempo se alarga mi estancia entre los murmullos de las noches mías. Aunque no me llames tu voz es potente siento a cada instante que te tengo adentro siento que tu fuerza recorre mis fuentes. Aunque no te vea el viento te acerca te anuda en mi pelo, te ata a mis sueños aunque no me beses tus besos se extienden sobre mi pradera sedienta que espera. Aunque ya no quieras sentirme me sientes, porque somos esos que nunca se mueren, porque fuimos agua, fuego y tierra ardiente por eso te espero, sintiendo en mis labios tu fuego...

Veo el ocaso de mí vida, el eco de mi voz lejos de mí, la escucho como a melancolía. Como una blanca nube Se refleja en ella, mi alma… Siento miedo, nada se divisa, todo es oscuridad como la noche que agoniza; Tengo frió y sueño, en este paisaje que no estás. Un viento cálido salido de la nada me acaricia, La piel me transmite su hiel, el olor penetrante de la muerte más allá del horizonte.

Satinadas noches de sueños migratorios que en las finas capas de la oscuridad, se pierden ausentes aquellas madreselvas los sueños precoces del hombre inmortal. Satinadas fibras con nocturnas alas de sombras que van emergiendo sobre el firmamento, dejando su estela, girando entre nubes grises cual aves de paso con picos y esferas mortales. Satinados ojos de mirar extraño… iris desorbitado que guarda recuerdos de mundos pasados, antiguos, sonoros, que callan sin mostrar su ayer, rosados sus muros, sus criaturas rondan hoy. Dejando a su paso misterios y ocultos resabios de vidas pasadas, quizás... las mismas que están ahora presentes, en tiempos de etapas diferentes satinadas con sombras que nunca se podrán ver.

Un amigo que sabe de mí que conoce mis gustos mis sueños, mis anhelos es mi amigo, es mi duende. Que duerme en enero despierta en febrero y en agosto me regalo un bello cuento de blog. Es mi amigo el escritor que se anuncia en imágenes que se impregna de savia entre la piel de papel suave. Esta siempre navegando las estrellas conocen su pasión son las letras que acaricia con los ojos junto a la brisa. Es mi amigo el escritor su poesía es exquisita es mi amigo el escritor su arte es melodía de amor.

Mujer de pueblos, que nace entre la flora, entre la fauna, en la jaula de hierro y papel. Mujer que vive entre el humo, el alcohol, derrochando su belleza sobre la llama del deseo, entre la suave música del piano, del saxo. Mujer traviesa, ardiente, enigmática, lírica, esplendida compañera. Mujer que avanza sola, sin ayuda, y con ella también que lo puede todo, y lo pide también, que sangra enaltecida orgullosa de ser llamada mujer, suave, tierna, madre por sobre todas las cosas. Mujer amante, virtuosa, enemiga de la traición, mujer; que ser tan especial, que fluye con su Adán, que Dios al mundo le cedió. Hoy estás sobre él, con el orgullo del amor con la fe, y la mirada puesta sobre el futuro. Mujer real, audaz, genial compañera, amiga, madre, hermana, bella ecuación, biografía de mujer.

Ya conocernos fue extraño, deshojar margaritas por las calles tomar un camino diferente. Real fue el encuentro de esa noche donde los pájaros dormidos, nos arrullaban y nuestras bocas ansiosas se buscaban. Fue raro, el beso que me diste sobre mi cuello, tan delicado y dulce, tan satinado de sentimientos, que cargamos nuestras mochilas, y arrojamos a volar los sueños. Levantamos la bandera de la comprensión, del cariño y la pasión, dejando atrás el mundo aquel, que nos desbordaba de fatiga. Fue maravilloso, saber que estabas, y que sos hoy mi persona ideal, mi amor, mí sol, mí arco iris, el agua clara de mi estanque. Mariposa que vuela soy, y tu mi destino, por siempre seremos tú y yo, después... después, de tu beso en mi cuello.

Quiero vivir hasta el último instante, Así, matizando formas y colores en mí ser, Entre poemas, almacenando, creciendo en sueños fecunda, peregrinando entre la savia cautiva. Quiero vivir en plenitud dibujando la vida entre la lluvia, la sequía, el sol abrasador del mediodía, abrazando mí destino, mi alegría, en el espacio, testigo de mis pasos, entre la luz. Quiero vivir desplegando torbellinos de caricias, de pasiones, sembrando nuevas ilusiones por doquier, entre la marea, que atraviesa el océano del horizonte rojo, bajo la lluvia, entre la nieve, sobre la tierra junto a Dios.

Quiero vivir hasta el último instante, Así, matizando formas y colores en mí ser, Entre poemas, almacenando y creciendo en sueños fecunda, peregrinando entre la savia cautiva. Quiero vivir en plenitud dibujando la vida entre la lluvia, la sequía, el sol abrasador del mediodía, abrazando mí destino, mi alegría, en el espacio, testigo de mis pasos, entre la luz. Quiero vivir desplegando torbellinos de caricias, de pasiones, sembrando nuevas ilusiones por doquier, entre la marea que atraviesa el océano del horizonte rojo, bajo la lluvia, entre la nieve, sobre la tierra junto a Dios.

La uva ha sido siempre, desde los tiempos bíblicos, el símbolo de la abundancia; sus racimos nos proporcionan un alimento precioso, y también fragantes vinos que alegran nuestras fiestas. La leyenda atribuye a baco el descubrimiento del vino, las fiestas se llamaban bacanales en honor a este dios, de escandalosas y grandes borracheras. Los romanos poseían viñedos famosos, y obtenían vino que, debido a sus métodos de elaboración con sustancias para conservarlos hoy no seria de nuestro agrado. Si tomo vino es que me gusta su sabor suave su color fuerte. Lo tomo dulce lo tomo seco blanco muy frió tinto a tiempo. Mis labios beben soplos y espuma perfume fresco del vino tibio. Que acarician los corazones con sus fragancias tan naturales.

Llueve, el cielo encapotado de rosas de aguas que traen en sus nervaduras su centro frío que quiere pegar cristales, donde cada pétalo dejara caer su fresca alimentación haciendo piruetas al ritmo frenético de las gotas, ronroneando un bandoneón su tarde gris se escucha, la voz de Carlos Gardel, melodiosa y sensual hablar de amor es el tango con sus letras y su letargo que mueve pasiones, es el hoy del ayer que regresa de donde nunca se fue, es un momento presente que se quedara impregnado como están las gotas sobre el manto verde que las acuna, llueve pausado, hay olor de melodías que abraza a la briza para quedarse cubriendo la tierra de sonoras voces. Llueve despacito, por momentos copiosamente sobre las risas que emergen al pasar quienes deben regresar o salir, como se disfruta cuando la lluvia canta acompañada del zorzal.

Húmedos corales, despiertan al infinito mar languidecen las olas, bramando sin cesar hay fuego existente de la luna y el sol, hay llamas en sus mundos de sueños. Los dibuja, un delfín blanco como la espuma se deleita la caracola jugando con su cola, las arenas profundas, gimen de placer y amor es que paso una orca danzando con su aura. Miles de pececitos redoblan sus juegos, cuidándose del malo tiburón, que los persigue deambula la anguila con su veneno mortal, quien se atreverá a tratar de usurpar su lugar. Y así… el mundo marino es pasión a sangre fría lleno de escamas y cuencas vacías y de esplendor así navega mi corazón, al son del tamboril de sal con emoción miro al cielo, y agradezco ser parte del milagro de vivir, ver, saber, y disfrutar la vida.

Nosotros seguimos buscando aquel momento frágil cuando nos enamoramos, seguimos esperando saber, que sucedió en el tiempo aquel, sentimos y vemos un bello cuadro, una pintura indeleble que nunca dejara de ser, podrá el tiempo matar sus colores pero ella seguirá intacta, perdurara mostrándose ante todos que fue y será, la vara mágica, de aquel elocuente verano, es como la primavera que regresa siempre, así cambia sus colores, como el otoño cambia sus hojas, la vida se vuelve fresca y generosa , sus alas crecen y abren surcos respirando melancolía, cuantos secretos, cuantas vivencias y emociones descuidadas, perdidas, como la primera hoja del mejor libro jamás escrito, retazo de sueños que ayer plantamos, cuando fue que dejamos partir esa llama incandescente que todo lo consumía con pasión, donde están esas arrugas que formábamos en nuestro nido de amor, la fragancia del amanecer, junto a un nuevo día pleno de ilusión , nuestros sueños siguen su senda, la misma que perdimos, va a la par,

Te retrata esa pintura un instante efímero que envejece tu memoria, y los sueños te abandonan en su niebla irrepetible que fluyen, escalan distancia, también las letras se marchan temblorosas de fatigas. El silencio implacable vaga, sin retorno, sin fronteras su canción de despedida, formando estelas de plata con la brisa se acompaña, sin ningún rumbo se abrazan, titilan las negras sombras que vaciaron tus migajas, esas, que ya no te quedan se fueron tras de la nada.

Va lentamente En el soplo del viento Humildemente Una nube perdida En el azul sin fin.

En la penumbra con los labios del alba a florecido una liviana rosa en la rama del alma.

Frágil papel de oficio parpadeando tus fantasías blanco, amarillo descolorido dócilmente esperas la tinta. Imágenes temporales descarnan silencios bravíos, diminutos tu anhelas poseer sus colores naufragar en el mar de sus figuras. Escuchar con tu línea horizontal deleitarte con la sombra del lápiz vislumbrar la sorpresa del escribiente uniéndote a su fecunda sintonía. Papel de cartón, de fibra, de algodón aspiras crecer entre humo y destellos divagas firme y arrogante a la embestida ya entregado al clamor del escribiente.

Si tu alma ya no sueña la infelicidad se adueña de tu corazón que vaga tan oculto, sin ilusión. Si ya nadie te escucha es que sembraste odio, fuiste protagonista de tu pena tienes dibujado el rencor. Si permites que las flores dejen su suave polen en una noche de amor, serás una mariposa azul Deja pasar la corriente el agua nos purifica, quizás hoy no veas la puerta mañana será otro día. Las nubes flotarán para ti anunciando tú olvido de aquel otoño lejano que ahora bebe de tu mano tu rencor sufrió un cambio al encontrar el amor.

Los amigos que se alejan sin motivos aparentes sus corazones detienen buscando alguna respuesta. Pero nada se perfila, no hay nada de que temer, es solo una brisa esquiva que al pasar por esa senda se torna iracunda y fría. Nos acaricia y traiciona pero hay mucho cariño, ella lo tiene presente, él sabe que es de verdad ambos saben lo imposible de una traición sin piedad. Ahora llego el tiempo, ese, que esperamos juntos sabiéndonos como siempre respetados y queridos volvemos a ver el cielo que se nos había escondido.

Cálido muelle silencioso la lluvia y el olvido con sus ecos te acompañan, duermen las sirenas de los barcos, el pueblo te lleno de ausencia la luna se refleja en tus maderas y en tus ranuras, el sol está presente, te acaricia el hombre se alejo de prisa sediento de nuevas esperanzas las aves ya no te revolotean hambrientas de migajas, se alejaron también buscando otros sonidos que despierten en la quietud de otras olas azules, de historias que vivir, y cielos que volar, muelle viejo yo te dejo mis versos, porque reconozco tu espejo de antaño, tu brillo y sensibilidad y el canto de las aves, el sueño adormecido del viento que te acompaña con su melodía.

Caperucita camina por el bosque tratando de encontrarse y de encontrar la solución. Fastidiada por las palabras del leñador, que la vive atormentando con la idea de que el lobo se la quiere deglutir. Así, mientras cavilaba que hacer, se encuentra con todos los animales del bosque que le gritan cosas a su paso. Ella con su hacer frágil, su coqueteo, cree que la están halagando y no se percata de la furia de los pobres animalitos, que están casi mas perdidos que ella. Los mira, y con su andar de princesa en decadencia, les dice que el lobo no podrá con ella, que no se entregara a sus deseos, que su fuerza de voluntad es más fuerte que todo el clásico olor de la naturaleza. Ellos la miran sin entender muy bien lo que les quiere comunicar, y caperucita sigue su camino con la frescura de quien no sabe muy bien en qué lugar esta posicionada. Descansa entre la bruma de sus desquicios y piensa en su príncipe azul, y los sueños la trasladan al mundo sin más responsabilidad que sus bellos recuer

Te siento, te pienso amor no imaginas mi sed de ti, no puedes verme, yo sí, estoy amalgamada a tu costal esperando ser reconocida, añorando tal vez otra vida anterior, junto a tu cuerpo dentro de tu corazón fuerte. Tengo hambre de tu piel tibia tengo recuerdos de tus besos, cuando aquel atardecer fui tuya, atardecer de luna, noche clara cuando aún tu sabias de mi, y mi piel con la tuya se conocían, aún siento nostalgias indebidas por lo vivido, aún sin saberlo tu algo de luz percibo en mi fiebre. Si pudiera abrazarte ahora te entregaría mi alma dormida mi corazón sin fuerzas ni latidos. Si pudiera besarte ahora preñaría de soles tu esperanza y la mía sería un sueño inmortal y único. Acércate a mi soledad de nieblas, a mi quietud, a mi rigidez de piedra regrésame la vida que te llevaste.

Soy parte del viento del mar, del cielo floto, vuelo y aleteo soy un cisne azul. Pocos como yo saben refrescarse en el infinito blanco donde existo igual. Soy un cisne azul pero puedo ser blanco mis alas cambian mis movimientos permanecen con la luz. Quiero existir si me ven solo quiero ser cisne una vez fui hombre ahora extraviado soy feliz.

Me quedé sin fuerza sin esperanzas, sin fe se escapó mi alma se fue tras la tuya. Me quedé sin nombre sin ilusiones, sin encuentros sin aquellos días ardorosos copiosos de caricias y vida. Me quedé sin sentido cuando te vi partir solo en busca de otro destino de otros caminos nuevos. Me quedé sabiéndome débil esperando tu comprensión, esperando no caer en soledad escuchando mis latidos agonizar. Te esperé despierta en la oscuridad deseando que tengas poder de iluminar; me quedé esperando una eternidad sé que no es posible ya murió tu luz.

Hoy de plenitud te llenó el rocío. Vertió sus gotas en la humedad del verde que rozaba tus cabellos; dejó su huella tras de mis besos. Hoy amarramos el tiempo todo con un ramillete de esperanza; cruzamos el abismo del cinismo, borrando así lo vertido innecesario. Levitando en la noche, que nos cubre, con palabras que nacieron juntas, son las tuyas acuarelas en las mías horadando el silencio más blanco. Invocamos al cielo sus destellos sin prisa pero motivados de deseos con el alma puesta en cada giro que nos involucra, nos conmueve, nos ilumina la vida, nos arrulla.

Llego el amanecer tenias que partir dejando mi alma enferma de rabia, de celos; Mujer, que vistes el ayer como un suspiro en el silencio frío. Al marcharte de mi lado dejas retazos del olvido que no los puedo construir si no estás conmigo; Mujer, abrázame otras ves renuévame la piel que palidece sin ti. Mujer, me dejas sin amor, sin nombre y con dolor, por ese hombre que me desplaza. Mujer, la vida yo te di, hoy no quiero vivir solo esperando tú regreso que no se cumplirá. Te alejas sin retorno y mis venas piden más alcohol para no sentir la pena de tu engaño tan brutal. Mujer, no quiero castigar tu amor con mi dolor Ve, márchate de una vez, aléjate de mí, sabré olvidarte.

Era una noche de malevos y soñadores. De niñas bien que se paseaban bajo el embrujo de la luna llenando el salón de colores mucha alegría despedían los tangos que al salir de sus bandoneones sonaban sensuales y traidores. Relucían los cuchillos en los cintos de los hombres, que abrumados por el alcohol y enceguecidos por el amor de las mujeres, solo querían dejar huellas de su ferocidad. Así era el tiempo del malevaje así se despedía la noche, entre alegría y lagrimas entre mujeres pintadas mostrando sus cuerpos y hombres tirados a la luz de un farol solos y abandonados, en una noche mas de guapeza

Como dejar de oír en la noche el grito del silencio si me recuerda tu nombre lejano y borroso de añoranzas ayer nos despedimos sin alborotos, ajados de dolor pero ganadores de tiempos vividos triunfantes. La tarde que nos conocimos fue la que marco a fuego nuestros destinos, supinos al mirarnos que el amor se enredo como mariposa alada entre los hilos de su gusano sedoso y terso no había nada más, que un mundo principesco y maravilloso que disfrutamos en cada mañana al despertar unido, abrasados. Por nuestras huellas caminan otras esperanzas que llegaran a la torre donde fijaran sus metas, sus deseos, penas y sus triunfos. Ahora que te siento lejano pero dentro de mi alma, te amo te quiero volver a tener entre sabanas, entre almohadas de seda, Entre los pliegues de mi cuerpo, que vive sintiéndote como hace tiempo, quiero tu boca suspirando de amor sobre la mía, tus manos surcando mis fibras, tu aliento estremecido sobre mi cuello de pino y aurora, tus ojos de halcón temerario, tu lengu

Entre relámpagos nocturnos tus huellas dibujan trigales amarillos que iluminan la noche toda de infinita belleza, tu encanto, tu piel canela. Mis deseos aumentan al plasmar cual tormenta tus virtudes también. En la fría noche abrazándote en mi insomnio veo tus ojos, y te amo, te tengo cual perfume en mis sabanas, cual recuerdo en mi almohada, Te tengo, frente a mi cuadro amarillo de sueños, tu figura se desgrana, tu boca que delira incrustada muy dentro de mí sombra. Esté cuadro soberbio, atestigua armoniosos detalles en suspensos. Ayer fue el prólogo del hoy, y te veo luciendo fervoroso tan ansioso de abrasarme como yo, Entre la pálida añoranza, eres tú.